El pasado día 25 de abril, el V Domingo de Pascua, el Señor nos brindó alegría con la ordenación diaconal de un misionero de la Consolata, Gregory Nzau. Esto sucedió bajo el cobijo de la Comunidad de imc de Zaragoza y el grupo de inmigrantes africanos, con los que trabajan los mismos misioneros de la Consolata en la Diócesis.

Oriundo de Kenia, Gregory terminó sus estudios teológicos en Roma y tras un año de servicio al Instituto en Málaga-España, se consagró al Señor definitivamente en la profesión perpetua el pasado día 20 de febrero.

Después de muchos años, la comunidad de Zaragoza volvía a ser testigo de la recepción de ese don de un nuevo servidor en la viña del Señor, hecho posible gracias también a la generosa disponibilidad del ordenante, Don Alfonso Milián, obispo emérito de Barbastro-Monzón y amigo de la Consolata, según lo manifestó también el superior regional, p. José Martin. Fue impagable la colaboración ostentada por las Familias Colaboradoras de la Consolata y la participación de otros amigos.

En el contexto de una Misa de la comunidad africana, que los misioneros de la Consolata llevamos unos años animando y guiando, aconteció ese evento inolvidable. Son de resaltar las palabras del obispo ordenante al ordenando incitándolo a ser un hombre de palabra, para la Palabra, en la comunidad. Muy destacada fue la actuación del coro africano, que aportó al clima celebrativo con sus cantos animados y edificantes, por lo que san Agustín no dudaría en decir que alcanzamos a rezar dos veces.

Mientras el nuevo diacono acoge con gozo el logro del fruto de su preparación de más de 10 años largos, sigue caminando con esperanza e ilusión para llegar al sacerdocio. Y todos, agradecidos por ese don, pedimos al Señor que siga iluminando y guiando a Gregory en su misión de servicio de la Palabra en la Comunidad del Pueblo de Dios.